¿Quién es el Portador de Estrellas y qué desatará que está atado? En una tierra donde los hechiceros desaparecieron hace mucho tiempo, la sabiduría se conserva en enigmas. Morgon, príncipe de Hed y maestro de enigmas, se enfrenta a un desafío como nunca han conocido los pacíficos gobernantes de su reino: acosado por cambiaformas que salen del mar y suplantan a amigos y enemigos, se ve forzado a buscar el destino que le han otorgado las estrellas que lleva en la frente. En su búsqueda vagará por lejanas y exóticas tierras plagadas de magia salvaje, espectros que plantean enigmas, arpistas que proponen misterios, coronas que prometen la felicidad y espadas encantadas que le urgen a empuñarlas. Sus viajes desvelarán la historia oculta de un mundo que oscila entre el cambio y la destrucción a manos del Portador de Estrellas.
Ficha técnica:
Maestro de enigmas (Juego de Enigmas, Libro I) Patricia A. McKillip
Título original: The Riddle-Master of Hed
Traductor: Carlos Gardini
Ilustración de cubierta: Sara Rojo
Diseño de cubierta: Alberto Cairo
Col. Bibliópolis Fantástica nº 11
224 págs., 17,95 euros
ISBN: 84-96173-05-4
Opinión personal:
Aunque este libro haya aparecido relativamente hace poco en las librerías españolas, fue escrito en los años setenta a raíz del aplastante éxito de Tolkien y su gran, gran, gran obra maestra "El Señor de los Anillos". Eso significa que la narrativa está primorosamente cuidada, el vocabulario y la expresión es sublime, y el aire de inocencia que respira el libro por los cuatro costados lo lleva a incluirse de todas, todas, en las estanterías de la literatura juvenil.
El libro es una búsqueda de enigmas. El protagonista, Morgon, al igual que pasa en toda historia de fantasía que se precie, es un elegido predestinado para salvar o hundir al mundo en el abismo. No hay batallas, no hay violencia gratuita, solo prosa de la mejor clase y unas descripciones que rozan la poesía.
¿Problema del libro? El ritmo, la sensación de que no pasa nada, la falta de peligro real por parte del protagonista, una velocidad excesiva en la narración que hace que saltes de escenario en escenario a salto de mata, con personajes que van y vienen sin venir mucho a cuento, insertados con calzador en algunas ocasiones. Aburre por su excesiva simplicidad y maravilla por su preciosa narrativa.
Es poesía narrada que no alcanza la suficiente intensidad como para terminar de atrapar al lector.
Debo decir que, de momento, me planto con esta trilogía. Le falta algo que me impulse a continuar con los siguientes dos tomos. Quizá más adelante le vuelva a dar una oportunidad, pero de momento, mi sensación general ha sido bastante decepcionante y me he aburrido leyendo Maestro de Enigmas.